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El cierre del Restaurante ubicado en A Fábrica (Santa Cristina – Perillo) es la gota que agota la paciencia de cualquiera. Aunque los más sonados sean Casa Paquita, O Pote (en Santa Cruz), el Chick o la Casa del Argentino en Mera; es destacable que tanto este de A Fábrica como el último de los mencionados, La Casa del Argentino sean edificios de titularidad municipal. Está cayendo gorda, de eso no cabe duda; pero la hostelería siempre fue el músculo de este Concello. Así que a nadie se le puede escapar de la lista los Bambina, Disco Class, la Viña, el Restaurante Cubano o las Paellas de Espiñeiro… por poner ejemplos que muchos recuerdan con añoranza. Todos fuimos niños… ¿o no? Sé que no se trata de lo mismo, que cada uno tiene su propia historia; pero todo está relacionado… porque los modelos de negocio de ocio se basan en explotar los hábitos de la gente; y esos hábitos están fuertemente conectados con las muchas maneras que existen de disfrutar de las muchas posibilidades que puede ofrecer ese sector hostelero. Ya han pasado muchos años de la decadencia de Santa Cristina que antaño fue «capital provincial» de la marcha fin de semana sí, fin de semana también. Lejos quedan también las excusas del euro, los dominicanos, las campañas de tráfico o los controles en las rotondas… algo más tiene que pasar. Nuestros chavales se machacan el hígado con alcohol de supermercado por los parques, los prados y las casas abandonadas. En los bares, por «su propio bien», no pueden entrar. Mientras, la hostelería languidece y se convierte en una especie de «Centro de Día» con pié y medio en horario nocturno. ¿Por qué? pues porque los jubilados son los únicos que pueden mantener el hábito; desde todos los puntos de vista. De acuerdo que Discoteca Class no marcaba el norte del modelo de convivencia que todos queríamos… pero entre aquello y que esté cerrado tiene que haber muchas paradas intermedias. La muerte de la hostelería es la muerte de un modelo de ocio; que, como tal modelo de ocio, extendía sus dominios sobre los horarios en los que tocaba «no trabajar». Y la noche es «gamberra»… Estamos dejando a nuestros chicos un modelo de ocio basado en el «Low-Cost», la moto, el Centro Comercial y el botellón. Aviso a navegantes… Todas estas cosas son hábitos. Y los hábitos son muy difíciles de cambiar. Hace 10 años un bar abría a las 07:00 de la mañana con un kilo de café y un grifo y se levantaba un sueldo antes de abrir la nevera por primera vez en la jornada… si ahora esto no es así no es porque haya una crisis o nuestros jóvenes lleven una «vida más sana» y alejada de los vicios del tabaco del alcohol (que también)… Esto es así porque ahora la gente ya no para por la mañana a tomar el café. Puede ser por la crisis o por muchas otras razones; empezando, claro está, por las culpas que pueda tener el propio sector y que ellos deberán analizar y, en la medida que puedan (si les dejan), corregir. Yo me quedo con decirles… «no os preocupéis… seguimos aquí y volveremos en cuanto podamos». Resistid… Resistid como podéis porque sin vosotros somos una urbanización gigante en medio de un paraíso convertido en nada.

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